
La voz del Papa argentino es esperada y respetada en el mundo entero. A continuación solo algunos pasajes de la 3era carta encíclica seguida del link para leerla en su totalidad.
El descarte mundial 18. Partes de la humanidad parecen sacrificables
en beneficio de una selección que favorece a 5 un sector humano digno de vivir
sin límites. En el fondo «no se considera ya a las personas como un valor
primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o
discapacitadas, si “todavía no son útiles” —como los no nacidos—, o si “ya no
sirven” —como los ancianos—. Nos hemos hecho insensibles a cualquier forma de
despilfarro, comenzando por el de los alimentos, que es uno de los más
vergonzosos»[13].
21. Hay reglas económicas que resultaron eficaces para el
crecimiento, pero no así para el desarrollo humano integral[16]. Aumentó la
riqueza, pero con inequidad, y así lo que ocurre es que «nacen nuevas
pobrezas»[17]. Cuando dicen que el mundo moderno redujo la pobreza, lo hacen
midiéndola con criterios de otras épocas no comparables con la realidad actual.
Porque en otros tiempos, por ejemplo, no tener acceso a la energía eléctrica no
era considerado un signo de pobreza ni generaba angustia
23. De modo semejante, la organización de las sociedades en
todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres
tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones. Se
afirma algo con las palabras, pero las decisiones y la realidad gritan otro
mensaje. Es un hecho que «doblemente pobres son las mujeres que sufren
situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se
encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos»[20].
27. Paradójicamente, hay miedos ancestrales que no han sido
superados por el desarrollo tecnológico; es más, han sabido esconderse y
potenciarse detrás de nuevas tecnologías. Aun hoy, detrás de la muralla de la
antigua ciudad está el abismo, el territorio de lo desconocido, el desierto. Lo
que proceda de allí no es confiable porque no es conocido, no es familiar, no
pertenece a la aldea. Es el territorio de lo “bárbaro”, del cual hay que
defenderse a costa de lo que sea. Por consiguiente, se crean nuevas barreras
para la autopreservación, de manera que deja de existir el mundo y únicamente
existe “mi” mundo, hasta el punto de que muchos dejan de ser considerados seres
humanos con una dignidad inalienable y pasan a ser sólo “ellos”. Reaparece «la
tentación de hacer una cultura de muros, de levantar muros, muros en el corazón,
muros en la tierra para evitar este encuentro con otras culturas, con otras
personas. Y cualquiera que levante un muro, quien construya un muro, terminará
siendo un esclavo dentro de los muros que ha construido, sin horizontes. Porque
le falta esta alteridad»[26].
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