EMPECINADOS EN ESTA CERTEZA


 

EMPECINADOS EN ESTA CERTEZA

 

HAY SUEÑOS Y HAY PESADILLAS. Pueden ser más o menos reales, inconcebibles, suceder en lugares donde nunca estaremos o con personas que ya no están entre nosotros. Pueden los sueños ser tan fantásticos como placenteros, hacernos volar, correr, besar, comer o saltar. Cuando morimos o sufrimos durante pesadillas, generalmente despertamos y ya. Una  pesadilla se acaba despertando. Existen también otros que se divagan despiertos pero no se consuman nunca, como el “Sueño Americano” o el Sueño de “El dorado”.


EL DOCUMENTAL 'ONCE YOU KNOW' “UNA VEZ QUE SABES”, (Francia, 2020, Emmanuel Cappellin) retrata de manera intimista a un joven científico alertado por el cambio climático y la pesadilla de un COLAPSO ECOLOGICO QUE YA COMENZÓ. Ya está sucediendo mientras la economía nos entretiene y acapara nuestros malestares. El film plantea este “hoy” invisible a los medios en el cual vamos a seguir indefectiblemente conociendo la vulnerabilidad humana ante la verdad ecológica, viendo cómo se transforma velozmente nuestro planeta, extrañando los paraísos que conocimos de niños  y cómo seguiremos con la obligación de seguir existiendo. 

AUNQUE EL JUEGO TERMINÓ. Se llegó a los límites biofísicos. Pasamos el umbral explicado en el Informe de Dennis L. Meadows (1972), “Los límites del crecimiento”. Gracias a esta investigación se acuñó el término “desarrollo sostenible” el cual se define como la satisfacción de “las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Sin embargo, este 2 de agosto de 2023 fue el Día del Sobregiro de la Tierra, no es una efeméride,  ese día nos consumimos todos los recursos que el planeta puede renovar en un año y esa es la tendencia antropocentrista desde los 70´s . Es decir, que hoy agotamos los recursos naturales que deberían haber alcanzado para todo el 2023 cuatro meses antes, señala la Red Global de la Huella Ecológica.

ESTÁ SUCEDIENDO DELANTE DE NUESTROS OJOS ABIERTOS. Perderemos mucho o todo lo que conseguimos.  Se irán de nuestras vidas muchos seres queridos. Ya pasamos del calentamiento a la ebullición y estamos transitando el colapso.

Si les preguntásemos a lxs habitantes en zonas proclives a terremotos como Japón o Chile cómo es vivir con temblores periódicos derribando edificios o cómo padecen lxs habitantes caribeños de zona de huracanes, nos acercaríamos a la sensación pesadillesca. Si visitáramos la isla de Kiribati estaríamos viviendo en la actualidad el terror del océano invadiendo islas o preparando muros que lo contengan. Si fuésemos a Bangladesh encontraríamos una sociedad “post” cambio climático, cargando las consecuencias hace décadas, la zona costera de la Bahía de Bengala se enfrenta al aumento del nivel del mar, la intensificación de los ciclones, salinización del agua, cierre de industrias, desempleo generalizado, inundaciones severas, enfermedades transmitidas por el agua, el calor extremo. La población paga un enorme precio económico y social por el impacto de la crisis ambiental; pero nos aconsejarían como expertos sobre el pronto devenir al resto del planeta que de momento a otro comenzará un efecto en cadena perturbando todo lo establecido a nivel ambiental, social y económico, por supuesto.

¿ES UNA PESADILLA UNA SEQUÍA PARA EL BOLSILLO DEL “CAMPO ARGENTINO”? ¿Es un sueño recurrente para los sojeros las lluvias bendiciendo sus cultivos? ¿Habrá dado algún un indicio la merma del caudal de la laguna de Navarro o de Gómez en Junín? ¿Serán comunes las mortales olas de calor de estos últimos años? ¿Por qué está aumentando la velocidad de los vientos?¿Reconocemos la creación de climas cálidos propicios para el Dengue y  la invasión a los hábitats naturales como causantes de enfermedades zoonóticas?

“Los estudios indican que, en todo el mundo, el costo relacionado con las pérdidas y daños causados por el impacto del cambio climático aumentará para 2030 anualmente a entre 290.000 y 580.000 millones de millones de dólares", dijo la ONU en un comunicado de 2022. Pero no se trata de números sino de qué hacer. Qué hacer si los mares inundan ciudades y apuran migraciones espectaculares. Qué hacer si los huracanes matan miles, las aguas dulces se salinizan y las hambrunas nos llevan a los indecible. ¿Están preparados los funcionarios políticos para actuar asertivamente?  ¿Cómo actuará la población ante la escasez, la migración masiva, la ignorancia y el individualismo? ¿Qué puedo hacer yo cuando eso suceda? Nos preguntaremos muy pronto.

HACE UNOS AÑOS ESTEBAN BULLRICH NOS DEJÓ UNA FRASE mientras era ministro de educación "... "Debemos crear argentinos capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla" . Esa frase se puede tomar como consejo luego de un sesudo análisis, pero también como advertencia. Los puntos de vista son infinitos. El pueblo sabe de incertidumbre y de esfuerzo e incluso de la hipocresía del rico que le palmea la espalda a sus peones al escuchar sus penurias pero no deja de explotarlo para no perder competitividad.
Que un puñado de magnates se estén construyendo fortalezas escondidas en montañas con la misma plata que gana de la explotación de todas las clases sociales (…y de los suelos, y de la especulación de las finanzas y el narcótrafico) ya se sabe y se acepta mientras esa certeza nos permita ver nuestros hijos crecer y algún que otro gustito.

PERO LA INCERTIDUMBRE DE LA HAMBRUNA, más el tornado, más la ola de calor y la inundación y el apagón general, no sabemos cuál será la reacción.
Tampoco los magnates tienen certidumbres mientras vivan en este único plantea. Nacieron  de la explotación, dominación y fantasías mesiánicas.

“La tarea de ablandar el ladrillo todos los días, la tarea de abrirse paso en la masa pegajosa que se proclama mundo, cada mañana topar con el paralelepípedo de nombre repugnante, con la satisfacción perruna de que todo esté en su sitio” decía Cortázar. Y esa continua “tarea” por la cual nos prometieron premio, está llegando a su final de juego. Pero amamos y nos aferramos a la certeza como una gran rueda girando desde los bisabuelos y los padres y los vecinos, girando en todos los puntos del planeta porque más o menos sabemos a dónde nos lleva.

Ya verificamos como el dióxido de carbono (CO2) proveniente de la extracción y quema de combustibles fósiles atrapa el calor y empeora  el efecto invernadero, aumenta las temperaturas, repercute en las presiones, en las tormentas y que altera el comportamiento vegetal ¿Cuál será la imagen que habrá que graficar para detener este ciclo subiendo a un pedestal lo económico por encima de sus consecuencias socio ambientales? Por más que las barran hasta los barrios de los pobres y no las diagnostiquen en los centros de salud.

NO SERÁ UNA PRÓXIMA Y LEJANA GENERACIÓN QUIEN SE HARÁ CARGO, ni vendrán los yankis a rescatarnos como en sus películas. Seremos nosotros quienes estaremos allí codo a codo levantando chapas y muertos y volviendo a empezar algo nuevo que desprecie lo anterior.
Quizá ya no dejemos a nadie hacerlo por nosotros. Y quizá también de una vez por todas avancemos a cargar con el compromiso en vez de delegarlo. Hay q hacer lo q hay que hacer aunque no tengamos éxito:  la tarea de concientizar el rechazo  a este sistema de vida absurdo,  la de preparar lo inevitable y la de organizar el nuevo futuro.

SI HASTA AQUÍ NOS DEMORÓ EL MIEDO, que es solo víspera, hoy nos aviva la certeza del desastre sacudiéndonos el piso, los relámpagos agujereándonos la mente y el vacío existencial durante la generación que menos preparada se encuentra.
Y a pesar de todo también vamos a seguir con el impulso de vivir. Sobrevivir algunxs sin esa abundancia que nos prometieron y sin la naturaleza que estuvo allí rodeándonos todo el tiempo. Ese tiempo perdido rebotando en nuestras neuronas para contar cómo alguna vez disfrutamos de un planeta hasta que cortamos el último árbol, envenenamos el último río y escupimos el dinero que tratamos de masticar.-

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